Cuando los novios quieren una boda auténtica, llena de detalles y rincones bonitos, donde todo el mundo disfrute sin preocuparse de nada, aparece la Wedding Planner como el profesional encargado de ello.
Hace unos días, en nuestro Post sobre «Organizar tu boda y no morir en el intento: 6 consejos», ya os comentamos que si hay algo que ayuda en la organización de una boda es una Wedding Planner. Sí, amigos, ese término que suena tan raro, que lo solemos asociar con algo «pijo», que en mi pueblo es tan difícil de pronunciar y que mucha gente aún no sabe para qué sirve o qué es lo que hace realmente.
Las bodas ya no son lo que eran. Se están convirtiendo en un evento social cuidado al detalle. Nuestra generación, la que denominan «Millennial», busca una fiesta 100% personalizada (que cada rincón identifique a los novios), con una decoración muy detallista (¡¡Sí!! Queremos que nuestro Instagram lo pete), valorando al máximo todo aquello que es DIY (nada de comprar en masa, nuestras manitas hacen cosas preciosas y tienen mucho más valor) y disfrutando nuestro día B al máximo.
Lograr todo eso no es fácil, e incluso puede llegar a ser estresante… ¿Qué podemos hacer? Pues… ¡¡contar con una buena Wedding Planner!! Es fundamental. De hecho, vuestra Wedding Planner será la persona que os ayude, aconseje y apoye para lograr la boda que siempre habéis querido, ya sea algo sencillo y familiar o un bodorrio por todo lo alto.
Pero, vamos al grano. ¿Qué hace exactamente una Wedding Planner? Sentaros, que vienen curvas:
1. Escuchar y entender como nadie
Queremos saber cómo es vuestra boda soñada y a partir de ahí aconsejar para lograrla. El mundo de las bodas es nuestra pasión, así que podemos pasarnos horas hablando de ellas. No hay nada que nos llene más que una pareja contándote cómo imaginan su día B, lo que es imprescindible para ellos, la ilusión que les hace tal cosa o lo que no quieren por nada del mundo. Hablar con una Wedding Planner y descubriréis que por fin le podéis contar a alguien que os entiende todas esas inquietudes que os rondan en la cabecita loca.
2. Quiero mi proveedor
Ese lugar donde siempre os habéis querido casar, ese catering idóneo para la comida de vuestra fiesta, el fotógrafo que mejor capte vuestra historia, el florista que adapte vuestro estilo… Una Wedding Planner os ayudará a encontrar el proveedor que mejor se adapte a vosotros, a vuestro estilo y a vuestro presupuesto. Será el nexo de unión de todos ellos, y la persona que puede conseguir que todo fluya perfectamente: antes y durante el día B.
3. Tranquilidad, divino tesoro
Cuando se entra en crisis existencial y todo se ve negro. Cuando el agobio se apodera de los novios por toda esa cantidad de cosas por hacer, una Wedding Planner os aportará la tranquilidad y sosiego que necesitáis. Es alguien que controla los tiempos, y siempre os dará la mano para deciros:»Tranquilos chicos, que todo está controlado».
4. ¡¡Qué bonito está todo!!
No queréis una boda «en cadena» porque sois únicos y diferentes. Queréis que se palpe en cada rincón vuestra esencia, en cada detalle vuestro estilo. Una Wedding Planner os ayudará a materializar ese deseo, a localizar los materiales imposibles, a plasmar la decoración que siempre habíais soñado, pero que muchas veces no sabéis cómo realizar o conseguir.
5. Disfrutando del día B
Cuando por fin llega el día del «Sí quiero», la Wedding Planner estará, en la sombra, sin hacerse notar, controlando que todo vaya según lo previsto. Solventará cualquier imprevisto (sí, siempre los hay…), se adelantará a posibles acontecimientos (los ve venir), os conseguirá cualquier cosa que necesitéis de última hora (podemos llegar a ser superhéroes, os lo aseguro)… Vosotros y toda vuestra gente únicamente deberíais de preocuparos por disfrutar al máximo, sin preocupaciones de ningún tipo, de ese día que sólo pasará una vez.
Por todas esas razones (y alguna más), olvidaros de Jennifer López en «Planes de Boda», fuera complejos y prejuicios. Atreveros a buscar vuestra Wedding Planner, atreveros a hablar con La Variopinta. Os aseguro que, aunque parece que inicialmente puede ser un gasto evitable o un capricho extra, no lo es. Más bien todo lo contrario: tener a vuestro lado a una persona formada, con experiencia y conocimiento del sector os hará ahorraros esfuerzo, dinero y tiempo, mucho tiempo, que siempre es oro.